Bajón postvacacional: Cómo evitarlo o superarlo

Acabas de regresar de tus vacaciones. Tal vez haya sido un viaje de ensueño, o quizás una escapada de fin de semana. 

Tanto si has deshecho tu equipaje como si no, es posible que te encuentres con otro tipo de maleta: Un sentimiento persistente de tristeza desde el momento en que abriste la puerta de tu casa.

El bajón postvacacional es real. Pero si prestas atención a sus causas, podrás recuperarte de él y, tal vez, reinventar tu vida en el proceso.

¿Por qué tenemos bajón postvacacional?

En general, las vacaciones son buenas para la salud mental.

Darnos la oportunidad de explorar el mundo que nos rodea puede afianzar nuestra habilidad de maravillarnos, y lo que es más importante, ayudarnos a estar más presentes. No tienen que costar mucho dinero ni durar mucho tiempo, pero nuestra mente y nuestro cuerpo necesitan frenar y hacer un reseteo. 

Numerosos estudios han demostrado que las vacaciones reducen el estrés y aumentan la sensación de bienestar.

Pero esta es la conclusión un tanto sorprendente para muchos investigadores: La felicidad que se siente en las vacaciones no suele durar. Cuando se acaban las vacaciones, la gente vuelve a los niveles de felicidad iniciales en unos pocos días.

Si la felicidad se evapora al reanudar la vida cotidiana, ¿son las vacaciones una pérdida de tiempo y dinero? Los investigadores dicen que no. Un análisis dice que esa pregunta es como "preguntar por qué debemos irnos a dormir si sabemos que nos volveremos a cansar".

Así que, ¿cómo manejar el casi inevitable bajón que sigue a las vacaciones?

¿Cómo prevenir el bajón post-vacacional?

Si tienes la sensación de que la tristeza te estará esperando en la puerta de casa, quizás sea útil tomar algunas medidas preventivas antes de que empiecen tus vacaciones. 

Antes de irte de casa, deja todo ordenado.

Hay pocas cosas que den tanto bajón cómo encontrar la casa desordenada o sucia.

En el período previo a las vacaciones, puede ser fácil pensar: "Ya me ocuparé de eso cuando vuelva". Si puedes hacerlo, poner sábanas limpias en la cama, toallas limpias en el baño y, tal vez, un libro nuevo en la mesita de noche, hará que tu regreso se sienta más como "Bienvenido a casa".

Planifica los días de transición

Si puedes, planifica tus vacaciones y date un día más o menos para adaptarte antes de tener que volver al trabajo.

Así tendrás tiempo para hacer la compra, deshacer la maleta, lavar la ropa y ocuparte de cualquier imprevisto que haya surgido durante tu ausencia.

Pon algo barato y divertido en tu calendario

Antes de tu viaje, planifica un evento que te haga ilusión a tu regreso, como una película, una comida con amigos o una partida de pádel. No tiene por qué ser algo costoso, teniendo en cuenta que muchos presupuestos están ajustados después de los derroches de las vacaciones.

Este evento planeado no tiene que ser inmediato. La semana siguiente a las vacaciones puede que estés hasta arriba de trabajo atrasado y de tareas en casa. Quince días en el futuro puede ser ideal. Te recordará que la diversión no ha terminado sólo porque el viaje lo haya hecho.

Empaca un diario de viajes

Los recuerdos se van desvaneciendo, incluso los más increíbles. Si te tomas unos minutos durante tus vacaciones para escribir tus aventuras y desventuras de viaje, tendrás un registro que podrás revisar durante años.

Añade lo que estabas sintiendo y pensando en el viaje, algo que te haya sorprendido o parado el corazón, es tu viaje y tu diario. 

Planifica tiempo de inactividad 

Los investigadores han comparado la felicidad antes y después de las vacaciones en neerlandeses. Encontraron que el único grupo que permaneció feliz incluso semanas después de sus vacaciones, fueron aquellos que tuvieron unas "vacaciones muy relajantes".

Aunque es tentador buscar aventura y actividades para hacer en todo momento (especialmente si te estás gastando el dinero que tanto te costó ganar) tu sensación de bienestar puede perdurar más si planeas unas vacaciones relajantes. 

¿Cómo sobreponerse a una depresión postvacacional una vez que ya ocurrió?

Pero qué pasa si ya regresaste de tus vacaciones y te da el bajón postvacacional. Tenemos buenas noticias, hay muchas formas efectivas de disminuir el bajón postvacacional. Aquí tienes algunas estrategias que puedes probar.

Conecta con familiares y amigos

Si las vacaciones te han dejado con ganas de darle más sentido a tu vida, acércate a las personas que te importan.

Considera la posibilidad de contactar a viejos amigos y familiares para compartir una comida o una conversación. Puede que empieces a sentir que tu mundo se vuelve a centrar.

La conexión es una parte integral de nuestras vidas, y las vacaciones son a menudo un momento de profunda conexión. Mantener la sensación de conexión después es importante.

Ten en cuenta que la conexión puede no ser la misma que durante el viaje. Si notas que te sientes desconectado, tómate un momento para evaluar si la conexión realmente ha disminuido, o si simplemente se ve diferente en la realidad del día a día.

Haz un Detox

Solemos pasarnos un poquito de la raya en vacaciones, comidas, vinos, postres deliciosos. Así que trata de comer muy ligero y sano las primeras semanas después de tu regreso.

Asegurate de tomar mucha agua si viajas por aire. Está probado que viajar en avión aumenta la deshidratación. Y si te fuiste al otro lado del planeta y tienes jet lag, toma melatonina para regular tu ciclo del sueño. 

Documenta tus recuerdos 

Si no estás preparado para volver de las vacaciones, puedes prolongar la experiencia imprimiendo, organizando y compartiendo las fotos de tus vacaciones. Considera la posibilidad de incluir algunas notas o partes de tu diario de viaje si lo tienes.

Si tienes una inclinación artística, puedes volver a visitar tu lugar de vacaciones pintando, esculpiendo o dibujando escenas memorables.

Escribe tus reseñas y ayuda a otros viajeros

Mientras tengas las experiencias frescas en tu mente, escribe reseñas de los lugares que visitaste, los hoteles donde te quedaste y tips de utilidad para próximos viajeros. 

Escribir reseñas, además de que te ayuda a mantener tus recuerdos, también ayuda a otros viajeros, permite a los negocios locales del lugar que visitaste a expandirse, y a mejorar en caso de que no hayas tenido la mejor experiencia, eso si, recuerda siempre ser amable.

Sal a la naturaleza

Estudios indican que los humanos pasamos 90% de nuestra vida dentro de edificios. A mi, personalmente, esa cifra me parece aterradora. 

Cuando pasas tiempo en la naturaleza, tus niveles de serotonina suben y tus niveles de stress disminuyen. Duermes mejor y tu salud incrementa.

De hecho, si vas regularmente y por cortos períodos a lugares con naturaleza, vas a sentir el mismo alivio y relajación que cuando estás de vacaciones. 

Trae la naturaleza dentro de casa 

Muchos de los beneficios de la naturaleza se perciben a través de los sentidos. Investigaciones demuestran que las personas obtienen beneficios para su salud sólo viendo, oliendo, oyendo o hasta saboreando cosas naturales. 

Abrir la ventana y escuchar a los pajaritos, oler la grama recién cortada, traer un ramo de flores a casa, o incluso, comprar aceites esenciales hará que tu casa se sienta más acogedora.

Limpia y organiza tus espacios

Si tu espacio se siente desordenado o en un estado de deterioro crónico, puede afectar negativamente a tu estado de ánimo. Cambiar ese espacio, aunque sea en pequeñas cosas, podría mejorar tu estado de ánimo.

Si te sientes abrumado por la idea de ordenar, está bien que te concentres en una pequeña tarea. También está bien que te pongas a trabajar con otras personas.

Práctica una nueva actividad 

No es poco común que cuando viajas, quieras traerte contigo alguna práctica o conocimiento. Después de todo, una de las razones para viajar es enriquecerse con nuevas culturas. 

Quizás decidas estudiar un nuevo idioma. O quizás quieras aprender una nueva forma de cocinar, comer, ejercitarte, hacer jardinería, comprar o vestirte. Quizás hasta decidas vivir con menos posesiones materiales.  

Cualquier actividad que haya despertado tu atención en tus vacaciones, puedes aplicarla a tu vida diaria. Claro, siempre con respeto y cuidándote de no hacer apropiaciones culturales. 

Cambia tus rutinas

Uno de los beneficios de viajar es descubrir cosas nuevas y emocionantes, y tu casa quizás se sienta como algo muy familiar y empiece a aburrirte. 

Para reconectar con esa sensación de ser visitante, conoce nuevos lugares en el sitio donde vives como si fueras un turista. 

Ve a algún museo que no hayas visitado. Deja a un lado tu restaurante favorito y atrévete a probar uno nuevo. Lee guías de viaje sobre tu ciudad y mírala desde otra perspectiva. 

Lleva a cabo ese cambio que consideraste mientras estabas de viaje 

Las vacaciones pueden hacernos reflexionar y a veces incluso cambiarnos la vida. Cuando estamos fuera de nuestras órbitas y rutinas habituales, ganamos perspectiva.

Si te encuentras pensando en tu propósito, tus objetivos, tus relaciones, tu papel en la comunidad o tu calidad de vida, ahora puede ser un buen momento para dar algunos pequeños pasos en la dirección de la vida que quieres construir.

Las personas que quieren cambiar tienen más éxito cuando realizan pequeñas acciones dirigidas a sus objetivos.

Practica la gratitud y el mindfulness

Las vacaciones son una oportunidad maravillosa para centrarse en la gratitud y generar el tipo de pensamientos positivos que pueden ayudarnos a cambiar nuestros sentimientos y mejorar nuestro comportamiento.

A la vuelta, se pueden desarrollar los hábitos de gratitud y atención plena.

Por muy significativo que sea alejarse de las realidades cotidianas, puede ser igualmente poderoso reflexionar y apreciar la vida que se ha creado.

Se ha demostrado que la práctica de la gratitud y la atención plena reduce la depresión y el estrés y fomenta la sensación de bienestar.

Si el bajón postvacacional persiste y se convierte en depresión

A menudo volvemos de las vacaciones sintiéndonos descansados y felices, pero es importante notar si empezamos a perder la sensación de conexión o empezamos a aislarnos.

Aunque sentirse irritable o de mal humor puede ser normal tras la transición de las vacaciones, estos sentimientos no deberían persistir durante un periodo prolongado.

Si el malestar postvacacional que experimentas no mejora al cabo de unos días, es posible que quieras hablar con un terapeuta.

A veces unas cuantas sesiones pueden ayudarte a restablecerte, pero puede que te des cuenta de que tus sentimientos son el resultado de un problema mayor, como el descontento en tu trabajo o el estar abrumado por tus responsabilidades.

Un buen terapeuta será capaz de elaborar estrategias que te ayuden a encontrar tu equilibrio.

Buscar ayuda para la depresión no es un signo de debilidad. Es un buen autocuidado.

La depresión es una condición de salud seria, y hay recursos disponibles para ayudar.

Artículo relacionado: Salud mental masculina: guía completa para su cuidado.

Puntos clave

Es completamente normal tener una sensación de decepción después de las vacaciones, sin importar lo largas o agradables que hayan sido.Para evitar la melancolía postvacacional, trata de dar prioridad al descanso y date tiempo para adaptarte después de llegar a casa.

Una vez que hayas vuelto a la rutina, puedes minimizar la tristeza postvacacional compartiendo tus recuerdos con los demás, cuidando tu salud, explorando tu ciudad y haciendo cambios para que tu vida sea más relajante y significativa.

Si necesitas ayuda con la depresión, tanto si está relacionada con un viaje como si no, acude a alguien de confianza. Todos somos viajeros y no estás solo.

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